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miércoles, 8 de marzo de 2023

03. Luces y sombras. Julián Rumbero

 Recordar es útil, pero Serafín sólo recuerda los martes. En uno socorrió a una chiquilla que se ahogaba. En otro se libró de un abrazo tramposo del mar. Era la segunda vez que nacía. Habría más. Emplea monosílabos y Goyo debe tirar de su hilo, como si pescara. Las palabras son como peces que aclaran los desórdenes de la cabeza, antes de volver al río turbio de la desmemoria. Lo dice a todo el mundo el doctor Gutiérrez, que tiene ínfulas de poeta y lee a Marco Aurelio en sus ratos libres.

A Goyo le gusta Navia y promete visitarla. Allí Serafín lanzaba lajas de pizarra rebotando en el lomo de la ría.   Recuerda a una Isabel. Josefina, una de las enfermeras que es monjita, le cree cuando el hombre dice que en sus manos aún conserva el calor de su cintura en los bailes de la Virgen de la Barca.

Repite ciertas palabras y frecuentemente nombra a la madre de sus hijos, “la única mujer que me amó”, asegura, “créeme, lechuguina, era un verdadero milagro”.

De las sombras Goyo nunca puede tirar lo suficiente de sus hilos. Advierte que el cura de la extrema unción “huele como el monstruo” y a Josefina se le entristece la mirada.

Pero los alegra cuando dice: “tienes sonrisa de mar, lechuguino”. Se abrazan mientras la mujer suspira, rebuscando entre sus propios recuerdos un cariño semejante.

 

3 comentarios:

  1. Me gusta eso de pescar las palabras tirando del hilo. Yo lo hago, a veces, con mis pensamientos, cuando veo que la madeja está demasiada liada y necesito orden. Se me pone cara de lechuguino y busco también un cariño como el que busca Goyo. En fin, que gracias, Julián, por esta lectura que tanto me ha leído a mí.

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  2. Y a mi me ha gustado mucho leer lo de que en sus manos aún conserva el calor de su cintura en los bailes de la Virgen de la Barca, eres un poeta, sin lugar a dudas

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  3. Que bien reflejas Julián, la desmemoria, esa que todo lo borra y lo confunde. Pero hay cosas que permanecen, sensaciones y recuerdos sensoriales que como bien describes se vuelven a hacer piel en nuestra memoria.

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