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domingo, 26 de junio de 2022

07. Buenas noches. Alicia del Caz López

La planta por la que Carlos subía no paraba de crecer. Tras atravesar las primeras nubes, un gran bosque apareció ante sus ojos y se lanzó de un salto al camino que lo atravesaba. Lo recorrió a grandes zancadas con un par de botas de ogro que encontró. Enseguida llegó a un castillo de torres puntiagudas. Los repentinos gritos de la reina que lo habitaba le quitaron la idea de llamar a la puerta, «¡Blancanieves, te mataré!». Huyó espantado cuando comenzaron a caer sobre él trocitos de espejo desde la ventana. Era un bosque muy extraño, en el estanque un pato negro lloraba desconsolado y un lobo se hundía hasta el fondo como si su enorme barriga estuviese llena de piedras. Una casa a lo lejos le llamó la atención, tenía un aspecto delicioso, pero el sol ya calentaba y comenzó a derretirse, inundándolo todo de chocolate líquido. Carlos nadaba hacia la planta para volver a bajar por ella. 

–¡Vaya! Otra vez te has quedado dormido leyendo –susurró su madre mientras cerraba el libro de cuentos populares que estaba sobre las sábanas.

Como por un desagüe Carlos vio cómo desaparecía el río de chocolate; tras él, el bosque y un montón de personajes con los que no se había encontrado, cerdos, lobos, ratones, príncipes, hadas y enanitos eran tragados sin remedio. Tuvo el tiempo justo de agarrarse al tallo de la planta y bajar antes de que ésta también desapareciera.

3 comentarios:

  1. La literatura nos acoge en un sueño reparador. Pero despertamos y el sueño puede continuar, basta tener un libro al alcance de la mano. O algún relatillo como este. Gracias Alicia

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  2. Si lo pensamos bien, los cuentos populares no son la mejor forma de inducir el sueño apacible de los más pequeños. Madrastras asesinas, asesinos de lobos, bulling a los patos diferentes, casas que solo tienen de dulce hogar el encalado de chocolate de la fachada...Ingredientes para no pegar ni ojo. Y es que no todo lo tradicional vale.
    Esta es mi lectura particular. Me gusta tu relato, Alicia, pero no le encuentro el revés.

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    1. ¡ Ah sí! Ya lo veo. El título me lo ha aclarado.Jajaja. Perdón. Besos y abrazo

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