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lunes, 30 de enero de 2023

07. La hoz y el martillo. Santa

Golpeó tan fuerte con el martillo, que le arrancó la mano. Luego le grabó en el pecho "Puto". Camuflado entre los gritos de una jauría exaltada; desapareció como una rata por las callejuelas del centro.

 

El incidente quedó reflejado en las noticias de enero. Ramón Ruiz Alonso continuó con su vida, igual que un cactus, en este invierno seco y sin nubes.

 

         Vivía con sus padres en Chamberí. Celebró su cumpleaños con amigos un par de días después. Quería olvidar. Quería dormir.

 

         Se despertó sudando. Acababa de matar a su compañero de padel y juergas en un duelo en un canal de Venecia; donde se había fugado su novia huyendo de él.

 

Otra noche soñó: que después de casarse, su novia le denunciaba por no poder tener hijos y cuando se bajaba los pantalones; su pene era un plátano pasado.

 

          Era una locura surrealista. En un sueño aparecía cinco años más joven. Estaba en una residencia de estudiantes, matriculado en las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho. Escribía poemas. Dirigía un grupo de teatro. Sus amigos eran Fede, Salva y Rafa.

 

          Desesperado, borró "Puto"... una lágrima cayó a los pies de la estatua, que sonreía; con un ruiseñor en la mano.

2 comentarios:

  1. Tiene muchísima actividad tu relato, casi parece una pesadilla pero el final es precioso. Besos

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  2. Supongo que el subconsciente no comprende la diferencia entre sueño y realidad y por eso es tan difícil olvidar tanto lo que se sueña como lo que se vive. Todo se entremezcla como en tu relato.

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