Toda la Sala aplaude a rabiar. Hasta el juez se abandona al entusiasmo. El acusado, exhausto, se sienta y acaricia sus barbas. Los periodistas elaboran la crónica: “Como era de esperar y tras mostrar un profundo conocimiento de la ley penal, el acusado nos emociona hasta las células. Filósofos, psicólogos y magistrados admiran el absoluto dominio de lo que en Filología denominan argumentación pragmática. Todo comenzó hace meses, cuando el acusado asumió su propia defensa tras renunciar al abogado de oficio y, desde entonces, mes a mes nos deleita con su fina retórica. Hoy, por ejemplo, citando a Platón, argumentó que el mal existe porque ignoramos cómo hacer el bien, que solo es una elección equivocada en la búsqueda del bien y la felicidad. Irrebatible. Esperemos que el juez siga sin encontrar pruebas contundentes, declare nuevamente nulo el juicio y establezca nueva vista para el mes siguiente”.
En el otro extremo de la Sala, Caperucita, impotente, lamenta que el espectáculo importe más que la justicia, la responsabilidad y la culpa, y se pregunta, con tristeza y resignación, cuándo acabará la pesadilla, cuándo condenarán al lobo, de una vez por todas, por comerse a su abuelita.
Muy bueno Rosa. También hubiera valido en el cuento y su reverso.
ResponderEliminarUn beso.
Simplemente magnífico Rosa. Con fina ironía, originalidad y con trasfondo.¿Puede el lobo dejar de ser lobo? Jajaja. Muy bueno.
ResponderEliminarHay casos en los que a la justicia le toca "el más difícil todavía". Sobre todo si el interés mediático empuja al salto sin red. Es el momento en el que la ambición ciega y las victimas quedan difuminadas entre las gradas del circo. Un relato buenísimo, Rosa, con variadas y diversas lecturas. Un saludo.
ResponderEliminarUn gusto leer tu relato, brillante como las argumentaciones del lobo (solo espero que tú no te hayas comido a ninguna abuelita).
ResponderEliminarPor cierto, al hilo de tu relato, ¿Conocéis la canción "el circo de la realidad" de Pedro Guerra, merece tanto la pena escucharla como leer tu relato.
No conozco esa canción, pero la buscaré, Alicia, que no te quepa ninguna duda. Gracias, amiga
EliminarPerdona Rosa que utilice este espacio (no se me ha ocurrido otra) para deciros que mañana jueves 21 de abril sobre las 5 de la tarde Alicia y yo pasaremos por la asociación para recoger los libros. Lo comento por si pudiéramos coincidir algun@s y saludarnos presencialmente. No obstante, saludos virtuales.
ResponderEliminarJo, qué pena no habernos visto. Nunca es tarde. Hacemos una convocatoria de cañas y relatos cuando queráis. Será un placer.
EliminarDe alguna manera hay que celebrar ese libro tan chulo que nos ha quedado ;)
EliminarMe encanta tu lobo maestro de la retórica ¡le va la vida en ello!
ResponderEliminarAlicia, no he escuchado esa canción de Pedro Guerra. La voy a buscar.
Lobos vestidos con trajes exclusivos a medida… una historia que se repite demasiado.
ResponderEliminarMuy bueno Rosa
Soy Rafa Bs