Desde mi débil torpeza
hoy tomo aliento para aspirar
aroma del firmamento, donde posan las estrellas,
Sol, y Luna, las más bellas.
Un invisible Dios que nos ayuda
a buscar en la naturaleza.
La más grande belleza,
la fecundidad de la vida...
Vida, de humanos sueños, de amores,
tierra que pare las flores,
ríos y mares de cristal
azulado.
Las aves en el aire tienden sus alas
cantando al diario amanecer la gran belleza,
gloria a la naturaleza
madre de la vida.
Escribo en este día para saciar la sed que ahogan mis palabras. Palabras de vértigo y de combate, de una vida que se fue, amarrada sin cadenas, fueron las flores del ELA, que a ritmo lento a sus manos impidieron escribir y pintar. Su voz quedó sellada, pero con sus ojos me hablaba y me decía no lo dejes mamá, lo tienes que hacer por mí.
Por ti, y para ti, Pilar, amor de mi vida, eres la mas bella flor que inunda todos mis pasos, tus recuerdos, mis lagrimas, mis suspiros, del más puro aroma desde la luz del infinito. Donde seguiré tus huellas.
Gracias, Pilar, por hacernos sentir la belleza de esta forma tan hermosa y profunda. Gracias por compartir tus sentimientos y por haber puesto palabras a los míos. Un abrazo. ¡Ah, me encanta volver a leerte!
ResponderEliminarNo tengo palabras para expresar la belleza que me ha transmido tu escrito. Me ha emocionado. Gracias por volver a escribir. Un abrazo
ResponderEliminarHacía mucho tiempo que algo no me emocionaba como lo que acabo de leer. Pilar, yo conocí a tu hija como sabes desde hace tiempo y la induje nos escribiera y dibujara. Jamás pensé que aquello pudiera tener una influencia tan grande, Sabía que ella te empujaba a escribir por ella y aquello me emocionaba. Yo te animo a que sigas haciéndolo, porque seguro que ayudas a gente que les cuesta hacerlo. Eres una gran mujer y una gran escritora y tienes toda mi admiración. Un abrazo
ResponderEliminarQué maravilla y qué bonito homenaje. Un abrazo
ResponderEliminar¡Qué belleza! Gracias
ResponderEliminarMi querida Pilar, leyendo el trasfondo de tu relato me echo a llorar y te doy las gracias por ser así, por querernos tanto y por volver a escribir. Gracias, gracias, gracias!
ResponderEliminarSi usted señora viera ahora mis ojos comprendería por qué no puedo ofrecer más palabras. Si acaso una: gracias.
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