Ellos no querían beber nada. Los fantasmas nunca tienen sed pero le gusta jugar a las cartas. Llevábamos jugando 3 horas y mi montón de monedas estaba incólume: jugaban igual de mal que yo. Mis fantasmas del pasado y del futuro trataban de ganarme pero me defendía como podía: sus cartas las tenía que levantar yo al carecer ellos de manos, y eso, querid@s amig@s era mi gran baza e interiormente sentía una explosión de júbilo, pensad lo que os plazca pero yo era honrado, como tod@s nuestr@s dirigentes.
¡Y ahora me toca irme de boda, se casa el fantasma más joven con una fantasma de buena familia!, o de eso presumen aunque sea innecesario. ¿Luna de miel?, ni idea, a cualquier isla a fantasmear un poco más.
Ja,ja, ...me ha hecho reir tu imaginación de fantasmas y políticos. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado. Hay tantos fantasmas y dejamos tantas cosas en sus manos… Muy bueno.
ResponderEliminarMe he reído con el juego de palabras que haces entre fantasmas, políticos y honradez. ¡Muy bueno!
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