De vuelta a casa, vi el recordatorio pegado en la nevera: ‘Relato de mayo, con tres palabras’.
Joder, las tres palabras… Salí de la cocina al salón para buscar las bases en Internet.
La clave del portátil… fecha de nacimiento…, la de mis hijos tampoco…
Llamaré a mi amiga Isa, clave pin ok; dibujo de bloqueo de pantalla…Z, V…, M…no.
Suena el fijo. Lo cojo, llaman para confirmar una reserva en Isla Margarita, Venezuela.
Le explico que se ha equivocado que yo no he pedido presupuesto ni viaje a Venezuela.
Voy a prepararme una infusión, necesito relajarme; luego recordaré las claves y asunto resuelto.
Llaman al timbre, cartero comercial. Ahora llaman a la puerta. Abro. Un tipo trajeado me abraza. Le separo de un empujón.
- Quién coño eres?- Dije.
Pablo, joder estás sin vestir…- dijo el trajeado.
Su cara me suena de algo.
–De qué nos conocemos, es una broma de cámara oculta…?-
Algo explota en el microondas.
–¿Has vuelto a tomar pastillas para dormir?-
-Creo que no…-
- ¿Sabes qué día es hoy…?-
- Miércoles veintiocho de mayo.-
- Exacto, el día de tu boda. –
En ese momento recordé lo que me dijo el doctor:
- Cada día usted pierde cincuenta mil neuronas; las restantes crean nuevas conexiones, sinopsis; para comunicarse.-
- Entonces no hay que preocuparse.- dije yo.
Qué bueno, Santa, muy divertido y ameno. Pobre hombre, todos los días memoria nueva. Pensándolo mejor, tal vez no esté tan mal....
ResponderEliminarHay días que me recuerda a tu micro. Me pregunto cuales son las neuronas que se encargan de recordar los nombres, porque me gustaría darles unas vitaminas o algo... Muy bueno el relato.
ResponderEliminarMe he reído con tu micro, que bueno. Hay días que me siento como él, ¿deberé preocuparme?....Un beso
ResponderEliminarDivertido, ameno, inesperado... ¡Buenísimo tu micro Santa, me ha encantado!
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