La primera vez que iba a una boda sin ser invitado.
La hija menor del influyente clan de los MacArthur se había casado con un truhán de medio pelo que había hecho algunos “trabajos” para la familia.
Se casó con el consentimiento del padre y contra la voluntad del resto del clan, especialmente de sus hermanos mayores.
Cuando entré en la propiedad vi la isla en medio del estanque con la orquesta muda. Creo que ya sabían que después de la marcha nupcial tocarían una marcha fúnebre.
Fui conducido al despacho donde el recién casado colgaba del gancho de la pared como un trofeo de caza.
Resultaba patético ver al pobre infeliz colgando descalzo dos horas después de haber dado el “braguetazo” de su vida.
¿Dónde estaban los zapatos? ¿Homicidio o suicidio “inducido”? qué más da. Yo sabía que nunca llevaría ante el juez a ningún miembro de aquella familia.
La noticia fue como una explosión cuya onda expansiva estremeció los pilares de la ciudad.
Un periódico daba la noticia con una foto del desdichado con los pies descalzos, el titular decía: Hay gente que hace cosas difíciles con la misma facilidad que quitarle los zapatos a un ahorcado.
Muy bien cogido el testigo, Juanjo, vaya descomunal micro que nos traes. Leerlo es ver una película de detectives: imágenes impactantes en las que hay que estar pendiente de los detalles para ver pistas. Genial, como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno juanjo, parece una peli de El Padrino. Como dice Rosa hay que estar muy pendiente de los detalles y está muy bien documentado en tan poco espacio. Enhorabuena!! Besos
ResponderEliminarGracias, Juanjo. Tu imaginación es un manantial inagotable y has sabido muy bien hacer un relato al estilo siciliano con la nueva propuesta de este mes. !!!FELICITACIONES!!!
ResponderEliminarQué miedo Juanjo. Tus imágenes son impactantes!
ResponderEliminarUn beso,
Belén