Había sido un día como todos, en la oficina a las 9, el teléfono, los mensajeros, el ordenador. Menú del día con los compañeros, vuelta a casa, el metro, compra rápida en el súper y planchar la ropa para el día siguiente. Se metió en la cama cansada, pensando que no había pasado nada extraordinario aquel día, había sido uno como tantos.
Cuando se despertó por la mañana notó enseguida el olor. Con los años nos damos cuenta de que vamos asociando los olores a las personas, las cosas y las épocas de nuestra vida. Como aquel perfume que usaba su amiga cuando eran jóvenes, siempre que lo olía por la calle se acordaba de las largas noches de discoteca, la música, los chicos…O como el olor de los jazmines por la noche que había en los apartamentos que sus padres alquilaban todos los años en la playa, siempre que pasaba por un parque y los olía, automáticamente la cabeza se le llenaba de las tardes por el paseo marítimo, la visitas a la heladería y el cine de verano.
Aquella mañana el olor que entraba por la ventana era inconfundible y sin pensarlo sonrío, era el olor a primavera.
He disfrutado muchísimo oliendo tu relato perfumado de recuerdos. Un beso,
ResponderEliminarBelén
LA MEMORIA DEL OLFATO;ES LA QUE MEJOR GUARDA LOS BUENOS RECUERDOS
ResponderEliminarBONITO RELATO
BESOS