Cuando Marta desenterró los restos en el yacimiento en el que trabajaba, pudo observar a simple vista por la fisiología de los cuerpos que eran un hombre y una mujer. Posteriormente lo confirmó a través del análisis en el laboratorio de la proteína dental.
Pero también hizo un descubrimiento sorprendente y que ni en sus mejores sueños podía imaginar. Se trataba de una mujer neandertal y un homo sapiens de hace 13000 años en una misma localización y juntos con un conjunto impresionante y numeroso de herramientas de caza. Parecía ser el ajuar funerario de dos cazadores.
La emoción supero al rigor científico y Marta dejó volar su imaginación. Los vio cazando juntos en aquellas planicies mullidas de fresca hierba, en los albores de los tiempos, colaborando al unísono en las tareas de la caza, lanzando sus venablos con sus propulsores a sus presas.
¿Cómo sería enamorarse siendo de especies distintas? ¿Tal vez tuvieron que desafiar las reglas imperantes, enfrentándose a sus diferentes grupos para mantenerse juntos? ¿Tal vez fueron sacrificados por su amor y por eso yacen juntos con sus pertenencias?
Sin duda Marta no podía imaginar celebrar un mejor día de san Valentín que con el descubrimiento de aquel amor fou prehistórico.
¿ Y si hace 13000 años la cotidianidad estaba más evolucionada que en nuestros días siendo hombres y mujeres partícipes por igual de todas las tareas para la supervivencia?¿ Y si Neardentales y homo sapiens mantenían relaciones cordiales propias de grupos civilizados?.Del amor prehistórico no me voy a plantear nada porque ya lo haces tú muy bien.
ResponderEliminarEs un pensamiento mágico pero posible. Yo he querido escribirlos iguales, libres y enamorados. ¡Ojalá pudiera escribir el presente así de fácil y así de idílico!
ResponderEliminarTenemos un pequeño porcentaje de genes neardeantelas, así que nos hemos mezclado en algún momento. Que lo hayan hecho con poesía y arrumacos, no sabemos, pero ya que lo has escrito tan bien, prefiero disfrutar de tu relato. Gracias, Gema por esta bella historia.
ResponderEliminar¡Uy, quería decir neardentales! ¡Cosas del amor, sin duda!
ResponderEliminarPara que luego digan que la ciencia y las letras están reñidas. Eso es que no conocían a esta pareja (ni a Marta)
ResponderEliminarEl hecho de que ella tuviera la nariz un poco mas achatada, no era obstáculo para que el sapiens la rechazara. Así que yo lo veo de lo mas normal !Si conoceré yo a los de mi género! ja . ja . Muy buen relato, Gema
ResponderEliminarQue la señora tuviera la nariz un poquito más achatada que el sapiens, no era obstáculo para que se juntaran y más en aquellos tiempos de escasa población. Yo lo veo de lo mas normal !Si conoceré yo a los de mi género! ja,ja, Muy buen relato, Gema
ResponderEliminarUna bonita historia para volar con la imaginación. Gracias Gema por tu relato.
ResponderEliminar