Félix es un hombre tranquilo.
Hace ya años que tiene de vecino a ese mal bicho, un ser huraño que no habla si no es para gruñir; nunca le vio con nadie, nunca una sonrisa. Cuando sale la conversación de ese tipo solitario y de la falta que le haría una mujer, Félix siempre dice:
- Antes veo a mis perros pastando hierba que a “Corazón Podrío” enamorado.
Así le llama él desde el día que le vio, desencajado, liarse a escopetazos para alejar a los chavales.
Hoy Félix, al pasar frente a su finca, escucha gritos de mujer. Extrañado, salta la valla y el hedor al llegar a la casa le echa para atrás. Llama a la Guardia Civil mientras busca con qué derribar la puerta. Cuando llega la pareja, Félix, ya dentro, está a punto de hacer saltar la cerradura del sótano, desde donde salen los gritos. “Corazón Podrío” está medio descompuesto en el suelo. Según diría después la autopsia, su corazón de carne también estaba podrido.
Al abrir encuentran a una mujer desnutrida, atada a la cama entre excrementos. Difícil precisar su edad, quizás unos veinte. No es capaz de decir cuánto tiempo lleva encerrada, pero a Félix, que es un hombre tranquilo, cuando la chica pregunta por “su mami”, le tienen que agarrar los guardias para que deje de darle patadas al muerto.
Espero que sea el inicio de una novela escalofriante, un thriller donde se resuelvan todas las incognitas .Cómo,cuando, por qué. No nos dejes con éste suspense.
ResponderEliminarjaja, ya quisiera yo verme capaz de escribir una novela, de momento, me quedo solo con los microrrelatos ;)
ResponderEliminarUna historia de terror, sin duda, pero tan bien contada que primero te pone los pelos de punta y luego odias con toda tu alma al individuo ese. ¡Qué bueno, Alicia!
ResponderEliminarMuy bien ambietado tu relato, Aicia, hasta el punto de odiar a alguien que es una fantasía.
ResponderEliminarImposible no identificarme con el hombre tranquilo que pierde los nervios al final de la historia. Muy bien contado Alicia. Un abrazo.
ResponderEliminar