Ese día, el maestro nos dijo que iban a pincharnos en un brazo y que vendrían en un camión en el que hacía tanto tanto frío, que podrían vivir osos polares dentro. Entonces, como se dio cuenta de que no sabíamos lo que era un oso polar, buscó una foto en el libro de clase y nos la enseñó. Todos admiramos su color blanco como la nieve, sus garras enormes, su descomunal fuerza. Entonces un niño se puso a llorar porque no quería que le pincharan un oso polar, y otro lloró porque prefería un león, otro porque quería que le metieran una jirafa y los demás lloramos porque no queríamos que nos pincharan. Entonces el maestro nos gritó que dejáramos de llorar, que estaba harto, que en Uganda no hay osos polares, que apenas quedaban leones, y que el pinchazo era para matar a un bicho pequeño que, cuando se mete, es más peligroso que un león. Entonces dejamos de llorar, para poder pensar qué podía ser peor que un león, cuando se abrió la puerta y se asomó una mujer blanca, con el pelo blanco, vestida de blanco. Y todos comenzamos a llorar otra vez.
Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!
jueves, 7 de enero de 2021
01. La vacuna. Rosa Molina
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Que bueno, Rosa, y apareció una blanquita que les asustó más que un león, la primera vez que en Uganda lo veían los niños; no somos tan diferentes aquí, aunque ya hay más mezcla de razas, pero me acuerdo hace muchos años, cuando era pequeña... Me ha encantado tu relato, un abrazo.
ResponderEliminarDivertidísimo tu relato! Me he imaginado la algarabía de niños y el cabreo del profe. Un beso enorme.
ResponderEliminarPues buena la lio el profe (y la enfermera). Como dice Valentina, qué miedo nos da lo desconocido. Tengo una foto del año catapum en la que solo salen mis hermanos mayores sentados con los Reyes Magos porque yo me lie a llorar cuando me quisieron poner. Imagino el miedo que me daría que me soltaran con esos señores tan raros ;)
ResponderEliminar¡Qué divertido y bien contado!.L@s niñ@s, su imaginación,la explicación del maestro, la excitación de la novedad,el miedo al pinchanzo,a lo blanco...y...en Uganda...¡Ojalá!
ResponderEliminarQué bonito y divertido. me ha transportado a esos momentos de la niñez en que nos decian a la clase que nos vacunaban de la polio y todos estabamos con miedo al pinchazo hasta que por fin nos dieron la vacuna oral con un azucarillo
ResponderEliminarJajaja... Qué recuerdos Rosa... A mi de pequeño me pinchaba una monja del colegio La Milagrosa en Vallecas...!! No digo más...
ResponderEliminarMuy bueno Rosa
Bs