No sé si sirve de algo alegrarse de que acabe el 2020, pero alivia pensar que se va por donde ha venido: por el tiempo, ese que fluye, que engulle, que olvida y nos recuerda que debemos estar despiertos para que no vuelva lo peor, las pesadillas pasadas.
Hay que tener creatividad para inventar la vida, para vivir nuevas emociones, para sentir que somos únicos pero que todos somos personas. Por eso, necesitamos historias nuevas, que nos recreen, nos enseñen nuevos caminos, que adivinen nuestro destino y nos abran un camino entre la maleza.
Y tenemos la grandísima suerte de estar en el lugar oportuno: en el blog de las microhistorias intensas, originales, creativas, deliciosas.
Mientras afiláis los teclados, espero que tengáis la mejor Navidad de vuestra vida, que os sirva para coger carrerilla y empezar el nuevo año así, explotando de vida, como si quisierais crear una nueva estrella.
Nos leemos.
Gracias Rosa por tu trabajo que nos abre una puerta a la imaginación, la sensibilidad... la esperanza compartida entre amigos...
ResponderEliminarBs
Gracias por vuestra compañía, Rafa. Compartir es recibir más de lo que das, así que, nos seguiremos leyendo por aquí... Un abrazo.
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