Todos los problemas tienen solución. Por eso se llaman problemas. Pero los ojos de Anabel, la bibliotecaria, habían sido abandonados por la luz y leer, su gran pasión, se acomodó en su memoria.
Adiós a su poeta de los días azules. Recordó a Stefan Zweig, otro poeta que nunca escribió poesía y amaba a Europa. Le gustaba tocar los libros así que Anabel comenzó a repasar los suyos y con la escasa visión que conservaba regresó a las palabras de un príncipe ruso anarquista y al monje Maël que transformó los pingüinos en mujeres y hombres para convertirlos a su fe.
Pero cómo conocería las historias nuevas, se preguntó. Debió hacerlo en voz alta porque Marcos, el quiosquero, despejó sus dudas. Yo leeré para usted, para cuidar sus ojos y que no se cansen más.
Marcos conocía sus problemas de la vista y era lógico que tuviera su número de teléfono pues él la avisaba rápidamente de cada colección antes de que apareciera en los mostradores de su quiosco. Sospechaba que ella le gustaba pero salvo algún tulipán, de vez en cuando con el libro que compraba, nunca había ido más lejos.
En el mensaje de voz, oyó que él grabaría cada día varias locuciones.
Esta noche Anabel se acuesta escuchando el relato de una gaviota al que un gato enseñó a volar. Acepta que la solidaridad de Marcos es una declaración de amor. Le gusta. Un “te quiero” de amigos sin otro roce que el de su voz grave.
A mí también me gustaría que el quiosquero me leyera...
ResponderEliminarLo que más me gusta de tus relatos, Julián, más todavía que tu sensibilidad y buen hacer, es saber que para ti el mundo está lleno de buenas personas. Tus historias me hacen sonreír y sentirme en un mundo perfecto. Gracias, sinceras.
ResponderEliminar¿Qué mejor audiolibro? Ya imagino como acaba la historia después de unos cuantos relatos por whatsapp ;)
ResponderEliminarBuenos días, leo a mi mujer que perdió la vista en un ojo y era lectora empedernida pero con el otro, dificil. Y con la pandemia se me ocurrió leer por wasap. Era un ejercicio, yo leo mal pero mejoro según mi profesora en un taller de lectura y escritura creativa. Hacer la prueba si aún no lo hicisteis. Es una experiencia linda y enriquecedora. Y sí, Ana, el mundo está lleno de buenas personas; es sólo que las otras se hacen oír más...
ResponderEliminar