Creo que era 1968 o 1969. Me encontraba embarcado en una nave con una tripulación de diversos países y de bandera liberiana, lo que equivalía a buenos sueldos, si llegaban a pagarte, con riesgos y peligro por doquier.
Habíamos llegado el 31 de diciembre de uno de esos dos años, a un puerto de la entonces Unión Soviética, llamado Poti en el Mar Negro.
Tuvimos que esperar fondeados en la mar, sin poder recibir ningún tipo de provisiones de los que andábamos escasos. Cuando llegó el momento de la cena, el cocinero nos sorprendió con una gran lata de caballa para todos, unas patatas fritas y un poco de ensalada. Afortunadamente, la bebida no faltaba nunca a bordo. No había Tv, ni radio que no fuera en ruso. Así que tuvimos que darle a la inventiva para celebrar el fin de año. El capitán conectó con la BBC y así escuchamos las campanadas en inglés en un lugar perdido de la URSS.
A otro español y a mí, se nos ocurrió coger dos recipientes de aluminio de la cocina, y ofrecimos una cacerolada que imitaba a la orquesta del pueblo de mi amigo. Después, el alcohol hizo su efecto y hermanamos todas las nacionalidades, y realizamos Eurovisión II con nuestras respectivas canciones nacionales. No entiendo, como es que no ganó “Asturias tierra querida…”
jaja, yo tampoco entiendo que no ganara, estos extranjeros son muy raros... Qué aventuras tan intensas!
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