He sido
muy feliz apreciando la vida, sacándola el máximo, y deseando últimamente
cumplir los 100 años. Desde que me caí, hace algo más de un mes, he pensado
mucho en el hospital y he observado cómo me recuperaba, lo cual me ha producido
un pequeño “enfado” con el Señor. Le he pedido que ya no quiero mejorar y tener
a toda la familia haciendo mil cuentas y combinaciones para ver quién me
acompaña día y noche. ¿Mañana a quién le toca quedarse…?, escucho entre mis
hijos.
Ya he
vivido y disfrutado mucho, en plenitud de todo: como observar el estallido de
alegría de los geranios rojos de la ventana del salón de mi casa: “Están
preciosos”. Y yo, como ellos, también me siento rebosante y deseo hacer un
último viaje para celebrar mi cumpleaños en el cielo. Que sepáis que soy muy
feliz viendo a todos tan unidos, que es lo que importa, y por eso siempre me he
sentido y me siento como la Reina de mi familia.
Y nosotros hemos sido muy felices acompañándote en este corto periodo de tiempo a través de tus microrrelatos, tan valiosos como cariñosos. Hemos sentido tu amor por la vida, por los tuyos, por la suerte de tener una familia como la que tienes, siempre pendientes, siempre a tu lado. Espero que mejores y nos sigas regalando tus pequeñas perlas de sentido común, tus historias que nos llenan de imaginación y esperanza. Un beso y un abrazo, Almudena.
ResponderEliminarAlmudena, he disfrutado leyendo tus relatos, con tu imaginación y claridad de mente, y me encantaría seguir disfrutando de tu alegría y saber vivir; te necesitamos, porque sabes sacar la esencia de las cosas, lo importante. Eres una lección de vida. Que mejores. Un abrazo inmenso, preciosa.
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