Este año tenemos todo el derecho del mundo a sentirnos reyes. ¿Acaso no ha estallado la primavera y la vegetación no está cuajada de flores?, ¿acaso las lluvias no alimentan la vida que brota por doquier y la mantienen rabiosamente viva y frondosa? Pues, entonces, si todo a nuestro alrededor crece y florece, no tenemos ninguna excusa para no hacerlo nosotros. No hay razón ni decreto ley que nos lo prohíba y sí muchas toneladas de sentido común que nos lo aconsejan. Sólo por tener la capacidad de valorar y percibir la vida que nos rodea; por ser conscientes de que formamos parte de un mundo que, hasta la fecha, no tiene igual en el universo, tenemos el derecho a ser reyes, de nuestra vida, del planeta, del universo.
Os animamos a que os sintáis importantes, a que hinchéis el pecho de orgullo y satisfacción, y a que lo escribáis, claro está. Entre todos construiremos un reglamento para héroes intrépidos, pero un manual de aplicación inmediata, no un compendio de teorías y hermenéuticas sesudas que aburran al más pintado. La vida, como decía Ortega y Gasset, es un quehacer constante.
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