Algo había sucedido a Jimy. Sonreía como si hubiera vuelto de Marte. Su vida era encontrar tesoros en la tienda de segunda mano y quedar con los amigos.
Entré en ‘Vintage Shop’, allí se acumulaban percheros, todo tipo de muebles y espejos, gramófonos, discos, radios y cuadros. Oí una voz que suplicaba – llévame contigo-. En un espejo se movieron unos labios ocres, dos ojos infinitos me miraban.
Al fondo un hombre con pantalones de pana y barba grisácea escribía. Su frente arrugada gritaba su edad. Me acerqué con disimulo a ella.
- Por 65 libras es suya. –
- ¿El qué? - Disimulando.
- Elsa… el maniquí, llévesela es perfecta.
- No… gracias… solo venía buscando un disco -
- Vale, pero hay gente interesada en ella…-
Cuando me iba, oí la voz. – El viejo no me quiere, porque no envejezco como él… te haré feliz…-
No me la pude quitar de la cabeza en toda la noche, pensando en mi vida con una mujer así.
A las nueve estaba esperando para llevarme a Elsa.
- Ha llegado tarde. Vino un tipo tímido con un ramo de flores y se la llevó. -
Llamé a Jimy para preguntar por ‘Vintage Shop’ y me dijo:
- Nada. No hay nada especial, así que me voy con viajes ‘Two‘ a ver mundo…-
- ¿Pero esa agencia no es para parejas? – Pregunté.
- Sí – Dijo Jimy.
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