-María, no lo veo, ¿seguro que lo dejaste en su sitio?
- Caray Manolo, que pesado eres, pues claro que sí, mira bien, a ver si tengo que ir yo y lo encuentro, como te pasaba con tu madre cuando eras pequeño.
- Que sí, María, que lo he buscado bien, que el sobre con el dinero no está detrás de los jerséis.
- Pues yo lo puse en ese estante, mira bien.
Manolo se arremangó y quitó todas las prendas metódicamente hasta dejar el espacio vacío, quedando sorprendido al ver en el fondo de la balda una puerta del tamaño de un puño.
Primero intentó abrirla y nada, su bloqueo era tan grande que solo podía funcionar desde las normas básicas de urbanidad, así que llamó suavemente; al abrirse la puerta, apareció un ser con una afilada nariz y unas grandes orejas verdes. ¿Qué quieres? Dijo el extraño.
A lo que un estupefacto Manolo le dijo: un sobre con dinero.
-¡Ah eso! , contestó el orejudo, me lo he quedado yo como pago por traer a las polillas para que destrozaran vuestra ropa y así gracias a eso tenéis la justificación para compraros otras prendas nuevas. De nada.
- Caray Manolo, que pesado eres, pues claro que sí, mira bien, a ver si tengo que ir yo y lo encuentro, como te pasaba con tu madre cuando eras pequeño.
- Que sí, María, que lo he buscado bien, que el sobre con el dinero no está detrás de los jerséis.
- Pues yo lo puse en ese estante, mira bien.
Manolo se arremangó y quitó todas las prendas metódicamente hasta dejar el espacio vacío, quedando sorprendido al ver en el fondo de la balda una puerta del tamaño de un puño.
Primero intentó abrirla y nada, su bloqueo era tan grande que solo podía funcionar desde las normas básicas de urbanidad, así que llamó suavemente; al abrirse la puerta, apareció un ser con una afilada nariz y unas grandes orejas verdes. ¿Qué quieres? Dijo el extraño.
A lo que un estupefacto Manolo le dijo: un sobre con dinero.
-¡Ah eso! , contestó el orejudo, me lo he quedado yo como pago por traer a las polillas para que destrozaran vuestra ropa y así gracias a eso tenéis la justificación para compraros otras prendas nuevas. De nada.
Para mí que el orejudo lo han puesto los grandes almacenes...je je buena imaginación...
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