Ahora es cuando me doy cuenta de cómo pasa el tiempo, te despistas y pasan 87 días de mi último relato. Os prometo ningún otro despiste, disculpas.
Venga buscar mi gatita “VIOLA “Por todos los rincones de la casa. Viola está de buen ver. Un gato merodeaba por los alrededores. ¿Se habrá enamorado? Si es así estarán por ahí perdidos, celebrando sus amores del feliz reencuentro.
Hoy 6N hace un aire frio que corta la respiración. Salí a buscar el diario y pilas para el mando de la calefacción. Volaban las hojas cayendo de los árboles, el fuerte viento las arremolinaba, mi silla las pisaba, que gozo al sentir el crujir de las hojas. Me distraía del frio y de la desaparición de nuestra VIOLA!
No me entretuve más de la cuenta, el sol lucia pero no calentaba al frio viento. En casa me advirtieron de que me abrigara más. Me coloque una camiseta manga larga, el polo y un viejo chaleco de estos que duran tanto, luce un cocodrilo en la solapa. Lleva en mí más de 18 años. Toda una eternidad.
Al llegar a casa hoy tocaba “chafarrancho” cambio de cama, de verano a invierno, usamos una colcha edredón de plumas, no pesa y calienta.
Mira por donde encontramos a nuestra gatita, acurrucada dentro del armario, permaneciendo allí calentita. Despertó y nos obsequió con un suave run… run…
Nunca jamás sospechamos que: pudiera estar en el armario. Adiós amores, adiós rositas. La gatita, nuestra VIOLA, se mantuvo feliz en casa pero dentro del armario, otra cosa es saber ¿cómo entro? E aquí los misterios de la VIDA!
Hola, Josep. Te hemos echado de menos, pero aquí estás de nuevo, con otro relato de vida, personales y cotidianos que tan bien tejes. Un abrazo.
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