Tengo un problema con las fotos del otro día en las prácticas de fotografía. -
- ¿Cuál es el problema? -
- Que no sales en ninguna…-
- Los vampiros nunca salimos en las fotos porque estamos muertos…- Y sonrió maquiavélicamente.
- No estoy para coñas, tengo que presentar la serie ‘En el parque’ y las que te hice con el abrigo azul no sales.- dijo Philip molesto.
- Podemos salir fuera, no es coña.-
Salieron a la calle, era la tarde de un mes de noviembre y el sol ya había muerto. Philip ha roto una relación larga, por eso está en este curso de Fotografía. Busca rellenar ese ancho desierto desnudo y seco llamado soledad. Envidia el carisma que irradia su compañero y que le hace ser tan atractivo a las mujeres.
- Venga cuenta… - A Este Bernard se le ha ido la olla (piensa Philip)
- Todo empezó en 1791, galopaba con veinte y cuatro años por mi plantación de algodón al sur de Nueva Orleans, cuando me dijeron que mi mujer se encontraba muy enferma. Al poco de morir ella, mi hijo se contagió del mismo mal y murió. –
Un par de lágrimas surcan la cara de Bernard. Su rostro se queda congelado con la mirada en otro tiempo. Philip descubre que hay más verdad en su rostro que en el suelo que pisa.
- Buscaba la muerte día y noche; rezaba para que Dios mandase un rayo sobre mi ser o la peste acabase conmigo…
- Lestat apareció como un ángel del Señor prometiendo acabar con mi sufrimiento. Acepté vivir otra vida, imposible de imaginar… Nunca más sufrir… enfermedad o muerte. A cambio; vivir en las tinieblas sin ver el sol. La maldad es relativa…
- ¡Todo es relativo…Dios mata indiscriminadamente!..!Yo También… cuando salgo del ataúd!
Su tez estaba tensa y sus ojos verdes quemaban como un volcán… De su boca asomaban unos colmillos brillantes como el acero.
- Tranquilo Bernard… -
Ahora los que brillan son los ojos de Philip, su mente dispara una pregunta.
- ¿Cuándo puedes convertirme en alguien como tú? -
- ¿Cuál es el problema? -
- Que no sales en ninguna…-
- Los vampiros nunca salimos en las fotos porque estamos muertos…- Y sonrió maquiavélicamente.
- No estoy para coñas, tengo que presentar la serie ‘En el parque’ y las que te hice con el abrigo azul no sales.- dijo Philip molesto.
- Podemos salir fuera, no es coña.-
Salieron a la calle, era la tarde de un mes de noviembre y el sol ya había muerto. Philip ha roto una relación larga, por eso está en este curso de Fotografía. Busca rellenar ese ancho desierto desnudo y seco llamado soledad. Envidia el carisma que irradia su compañero y que le hace ser tan atractivo a las mujeres.
- Venga cuenta… - A Este Bernard se le ha ido la olla (piensa Philip)
- Todo empezó en 1791, galopaba con veinte y cuatro años por mi plantación de algodón al sur de Nueva Orleans, cuando me dijeron que mi mujer se encontraba muy enferma. Al poco de morir ella, mi hijo se contagió del mismo mal y murió. –
Un par de lágrimas surcan la cara de Bernard. Su rostro se queda congelado con la mirada en otro tiempo. Philip descubre que hay más verdad en su rostro que en el suelo que pisa.
- Buscaba la muerte día y noche; rezaba para que Dios mandase un rayo sobre mi ser o la peste acabase conmigo…
- Lestat apareció como un ángel del Señor prometiendo acabar con mi sufrimiento. Acepté vivir otra vida, imposible de imaginar… Nunca más sufrir… enfermedad o muerte. A cambio; vivir en las tinieblas sin ver el sol. La maldad es relativa…
- ¡Todo es relativo…Dios mata indiscriminadamente!..!Yo También… cuando salgo del ataúd!
Su tez estaba tensa y sus ojos verdes quemaban como un volcán… De su boca asomaban unos colmillos brillantes como el acero.
- Tranquilo Bernard… -
Ahora los que brillan son los ojos de Philip, su mente dispara una pregunta.
- ¿Cuándo puedes convertirme en alguien como tú? -
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