¿Cómo es posible no haber cruzado antes nuestros caminos? Haber
compartido egoísmo por vivir deprisa, por multiplicar risas,
confidencias, viajes, paseos, salidas o noches. Cómo me castigo a mí
misma por esos momentos desperdiciados en una tarde de enfado. Ese
tiempo muerto en el silencio de una misma estancia, esas ganas que han
agonizando antes de rozarte o de besarte. Maldigo lo que no te dije, lo
que sentí y hoy no recuerdo. Confío que se cumpla aquella canción que
mi madre solía cantar. "Toda una vida, me estaría contigo..."Y poderla
llenar de todo lo que no te dije.
A menudo nuestros errores afianzan nuestros aciertos por eso es bueno repasar nuestra vida, lo que hemos hecho, los errores que hemos cometido y que, gracias a recapacitar adecuadamente, nos enmendaron y nos hicieron rectificar. Bueno es recordarlo, Anabel. Una vez más, gracias por estar ahí.
ResponderEliminarBonito y emotivo relato.
ResponderEliminarCuanta atención requiere generan belleza y que fácil es emborronar la obra durante la realización, y como nos pesa el inamovible pasado; aunque siempre podemos recordar como terminaba la película de Billy Wilder "Nadie es perfecto".
Gracias por el relato