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martes, 13 de junio de 2017

05. Nuestra caja. Antonio López de Lerma

Ella se quedó en casa dando de mamar a su bebé, él bajaba las escaleras con esa imagen, mientras pensaba qué maravillosa era la caja torácica que amenizaba el momento de la comida de su hija con la bella percusión del corazón, esa idea le llevó al recuerdo de los abrazos, esternón con esternón; así ensimismado en recuerdos de amistad, amor y complicidad llegó al mercado y enfrente de él una asadura de cordero colgaba de un gancho en la casquería y se preguntó cómo esas vísceras cuando estaban dentro de la caja podían producir tanto amor.
Cosas de la vida se dijo; y con la compra terminada regresa a casa con el interior de su caja saltando de alegría por el inminente reencuentro.

3 comentarios:

  1. Yo soy más bien vegetariano... Las flores, el ruido de un manantial, el viento moviendo las hojas...las olas del mar y el canto de ese Herrerillo me provocan amor también...

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  2. Pues tienes razón, Antonio: la caja torácica es la más importante de todas las cajas, pues en ella se encierra nuestro motor. Hay que cosas que sabes pero no piensas nunca sobre ellas, y esta es una. Así que te agradezco tu emotivo microrrelato, me encanta que me despierten luces.

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  3. Desde luego este micro no te deja indiferente. Buena imajinación lo de la caja torácica, porque en realidad es la caja con más posibilidades que conozco. Un abrazo...

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