Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 25 de noviembre de 2021

08. Un osado personaje. Carmen Cardeña

¿No lo ves? Quinto árbol a la derecha. ¡Allí lectora miope! ¡Es un lobo! Observa ese destello. Es el brillo de uno de sus ojos ámbar. Ahora olfatea el aire elevando el hocico. Ha percibido mi olor a pesar de la distancia. Está empezando a caminar. ¡Qué portentosa musculatura!

 No parece tan fiero. Voy a acercarme. 

 ¿Cómo que vas a saltar la página? ¡Calla y sigue leyendo! Si él avanza, tú también. 

Al fin y al cabo, para ti que lees cómodamente en el sillón, chupando tu dedo índice y pasando las hojas del libro soy el osado y estimulante personaje del bosque que necesitas. Te concedo un buen rato de suspense mientras mis pasos acortan distancias, el privilegio de la primera fila cuando él se abalance hacia mí, me tire al suelo e hinque sus afilados colmillos en mi yugular. El vello de tus pieles se erizará y percibirás el escalofrío que tanto te gusta. Las letras comenzarán a temblar. Aumentarán a ritmo de adrenalina tus ansias por saber lo que sucederá conmigo.

 No nos engañemos, te gusta imaginar los geiseres de sangre oscura brotando por todo mi cuerpo. Querrás hasta oír el desgarro de esa carne pegada al hueso que nuestro amigo desgajará con sus potentes mandíbulas bien apretadas y con movimientos desaforados de su cabeza, mientras mantiene preso mi cuerpo hincando las uñas profundamente. Querrás escuchar mis alaridos desesperados e inútiles.

 Liberarás tu conciencia pensando que el pobre lobo actúa por instinto y que lo tuyo y lo mío, después de todo, no se puede llamar amistad.

Mi querida lectora hipocritilla, no eres de las que se saltan las escenas tremendas. Reconócelo te gusta lo voraz, lo sanguinario, lo terrorífico. Admítelo, ávida lectora del género, eres una voyeuse del horror.

5 comentarios:

  1. Me encanta la original idea de poner a hablar al personaje con la lectora. Tu relato Carmen es como una película gore con humor negro. Pero además puede hasta tener una lectura filosófica, porque como lectores nos escondemos tras el libro en el que a veces ocurren cosas que satisfacen nuestros instintos primarios.Un ejemplo de lo importante de la cultura como elemento humanizador.
    Quizás cometeríamos más horrores si no los leyesemos. Quien sabe.
    Muy original tu cuento. Un placer leerte

    ResponderEliminar
  2. Casi seguro que todo está escrito y de todas las formas posibles. Casi con certeza te diría que he debido leer algo en algún momento de mi vida con éste registro y sale al cabo del tiempo del empolvado disco duro. Aún así, gracias por considerarlo original y por sacarle jugo filosófico.

    ResponderEliminar
  3. Es como escuchar lo que piensa la oveja mientras está siendo devorada por el lobo; o qué piensa la gacela de los documentales de la 2, cuando está a punto de ser mordida por el sempiterno león del Serengueti, mientras tú comes un costillar de ternera. Y ese diálogo que estableces con el lector nos hace preguntarnos: ¿quién es más salvaje? ¿caso no comemos lo mismo aunque nosotros lo mastiquemos con la boca cerrada? Tal vez no nos hayamos sacudido del todo nuestro lado animal y tu relato nos interpela. Como siempre, Carmen, es genial que nos provoques revuelos mentales.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Rosa.Me encantan tus comentarios. Mi compañero es un ser muy aguerrido y protector. A pesar de que casi abulta como sus dos orejas juntas yo le hago creer sus cualidades valientes y protectoras, tal vez así sus carnes se hagan duras y sus descendientes dejen, también,de ser comidos.

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado, qué original hacer hablar al personaje del libro, ese que va a ser devorado y que por otro lado nos repele contemplar, es como hacer hablar a tu conciencia, esa que le duele verlo pero que también desea conocer y sigue la lectura porque no puede detenerse, como me ocurre a mí con tu relato, que lo devoro. Muy bueno, Carmen, un abrazo y espero con ansia el siguiente.

    ResponderEliminar