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martes, 21 de abril de 2020

Julián Rumbero

Comparto con vosotros un poema de Julián Rumbero, una ventana al mar para que respiréis los aires inquietos del océano. 

Mar

Mar que tanto quiero
infinito como los recuerdos, que lejos te vas
gracioso en esta memoria donde vive
una amistad ingrávida desde el claustro materno.
El sueño de ser pez, de ser alga para tenerte y tú
labios en mi piel listos a
jugar en mis sentidos confinados y dibujarme viajes
únicos y propios donde navegan veleros,
libres como alas de pájaros,
increíbles compañeros y astros,
amorosos besos de la fantasía
nadan para saber que la Vida también es esto.

Marinero con su barca varada en estos días grises y largos,
anclado en el murmullo de los árboles
ríe de vez en cuando en las cabriolas de las nubes
ingenuas, infatigables, ajenas al desaliento,
amadas en nuestros ojos son un limpio consuelo.

Mar, apenas te huelo tan cerca
y tan lejos que para traerte
tengo que cantarte los versos aprendices
del discípulo de los magos torpes
y de las brujitas buenas
cuyos ojos rotundos me socorren
si corrigen aquí o allá acentos, comas,
sonsonetes que no suenan
y que apenas se advierten.

Mar que siempre esperas,
que vas y vienes
envíame una gaviota o cien de ellas,
no importa con tal de que vengan,
las pequeñas y redondas con cabeza de chocolate,
las poderosas que observan desde las farolas,
que vengan del bosque los pájaros verdes
con nucas de rojo
a hacer sus nidos en la madera de mi soledad.
Que vengan las más pequeñas
con vuelos como olas
y pecho de naranja.
Que vengan, que vengan
los colirrojos, los gorriones, las oropéndolas
y que traigan a mis ojos de agua
sus estelas de colores
a alegrar en las ramas y en las flores
las fuentes de nuevos versos
que voy amasando para los abrazos que nos esperan.
  
Mar, te beso sin boca,
te acaricio sin manos.
Te huelo en los setos del parque junto a mi casa,
pero sólo te veo si cierro los ojos
en estos días grises y largos

2 comentarios:

  1. Gracias, Julián, por acercarnos el mar, por dejarnos olerlo en los setos del parque, por verle al cerrar los ojos. ¡No sabes cuánta falta me hace! Gracias. Todas las del mundo.

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  2. Cuanta fuerza y amor tiene ese mar, qué bien huele, Julián. Gracias por acercárnoslo con todos los pájaros que le acompañan.

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