Este mes tenemos dos posibilidades: podemos cantar imaginándonos bajo la lluvia o podemos cantar mirando la lluvia desde el balcón. El caso es juntar cantar y lluvia con imaginación, ¿no? Seguimos en casa, esperando a que el tiempo y el ciclo del virus pase y nos inmunice, pero no por ello tenemos que poner riendas a nuestra imaginación.
Ayer, por ejemplo, soñé que una tribu de tuaregs se encontró una cueva en las montañas del desierto y, para su asombro, descubrieron que, dentro, llovía. Los niños pensaron que sólo podía llover dentro de la tierra, a través de grietas de las piedras y empezaron a pintar a sus dioses aprovechando las formas de los cantos rodados. Un anciano les recordó lo que les dijo un explorador noruego hace ya algunos años: que en su país, nunca paraba de llover. Y entonces a los niños les entristeció mucho saber que, en otros países, la gente vivía siempre dentro de una cueva.
Cada uno construye su propia realidad, en eso estamos todos de acuerdo. Y también es cierto que nos encantaría leer la que te inventes para este blog. Así que, ve afinando el teclado y empieza a pulsar las letras, verás cómo te sale y nos dejas boquiabiertos. Yo haré lo mismo. A ver quién es el primero en publicar este mes.
Cuidaos mucho y cuidar a los vuestros.
Aparte de animarnos a participar, siempre dejas un cuento que es como un caramelo irresistible que te anima a escribir. Gracias amiga.
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