Era frágil. Pero hubo un tiempo… Así se podrían contar las historias que fue desgranando Rogelio, al calor de la compañía de unos cuantos extraños, que dejaron de serlo entonando varios brindis con un cálido vino de Ávila.
Al recuerdo de la fragancia de magníficos vinos de su terruño, debió asociar la alquimia de los perfumes de la India y de Egipto y otras hierbas…, que sacó rápidamente del maletín de su andador. A medida que nos interesábamos por él y lográbamos descifrar con dificultad, aunque con empeño, los sucesos de su vida, seguía mostrando tesoros. Tesoros de una vida. La vida que es un tesoro, tan importante para cada uno; tan frágil, quebradiza como las palabras sin sonido, como los sonidos rotos que salen de las tripas para hacerse oír, sentir. Ahí estaba: nuestra atención y la sonrisa de Rogelio como premio. Y como premio también el frasquito de perfume de la India y el poema recitado a Pilar, de la que quedó prendado.
Al recuerdo de la fragancia de magníficos vinos de su terruño, debió asociar la alquimia de los perfumes de la India y de Egipto y otras hierbas…, que sacó rápidamente del maletín de su andador. A medida que nos interesábamos por él y lográbamos descifrar con dificultad, aunque con empeño, los sucesos de su vida, seguía mostrando tesoros. Tesoros de una vida. La vida que es un tesoro, tan importante para cada uno; tan frágil, quebradiza como las palabras sin sonido, como los sonidos rotos que salen de las tripas para hacerse oír, sentir. Ahí estaba: nuestra atención y la sonrisa de Rogelio como premio. Y como premio también el frasquito de perfume de la India y el poema recitado a Pilar, de la que quedó prendado.
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