Dice la wikipedia: "Un superhéroe es un personaje de ficción cuyas características superan las del héroe clásico, generalmente con poderes sobrehumanos aunque no necesariamente, y entroncado con la ciencia ficción", pero yo creo que, en este mundo real y cotidiano, hay muchos, miles, millones, casi tantos como personas. Por ejemplo, yo soy mi superheroína favorita luchando contra el miedo y la pereza, enemigos naturales que a veces me paralizan. Si me dejo llevar por alguno de esos males, la del otro lado del espejo se enfada tanto conmigo que tengo que agachar la cabeza y prometerle que nunca más lo volveré a hacer, como cuando estábamos en el parvulario y hacíamos una trastada.
Creo que un superhéroe es aquel que vence a un gran monstruo, sea el que sea, da igual si se trata de un enorme nubarrón dentado, un huracán espeluznante o la fobia a un insecto tan diminuto como temido. El caso es ser capaces de pelear, sin capa ni rayos mágicos, al enemigo acechante que disfruta viendo cómo nos revolcamos en nuestro miedo y, sobre todo, que se reconforta al vernos débiles, diminutos, llorosos. Ser superhéroe es una actitud, no una condición, por eso hay que entrenarse, quererse mucho y saber distinguir a nuestros oponentes. Esto no es ciencia ficción y mucho menos un cómic.
Pero si te apetece saltar a otro planeta y ejercer de superhéroe clásico o salvarnos a todos nosotros de un ser abominable de otra galaxia, adelante. Si en vez de escribir quieres dibujar, envíanos la historieta y la publicamos, siempre que no tenga muchas hojas, claro está.
Ya sabes que estas son sugerencias, planteamientos distintos del tema propuesto, pero hay muchos más, tantos como se os ocurran. Ánimo. Enseñadnos nuevas vías, enciende nuestra imaginación. Te lo agradeceremos infinito. Todos.
Y mientas tanto, disfrutad del verano con intensidad y alegría.
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