Todos los días
cuando doy mi paseo matutino me cruzo, cerca del portal de mi casa,
con una joven con la que
intercambio una sonrisa, pero ninguna palabra. Me llama la atención la
alegría que refleja su cara, incluso parece que siempre va tatareando
alguna canción; es evidente que esta feliz.
Una de esas mañanas mientras deambulaba por las
calles de mi barrio, jugando con las musarañas en mi
cabeza, tropecé con un palo debido a mi distracción. Mi cuerpo se
tambaleó peligrosamente y presentía que el porrazo sería inminente,
cuando una mano salvadora evitó que me espachurrara las narices
contra la acera. Al volverme para agradecer
a la persona salvadora tan noble acción, comprobé que se trataba de la
misma
joven risueña de cada mañana. Pareció no tener prisa y conversamos
durante
largo tiempo como “viejas amigas”. No pude reprimirme preguntarle, cual
era su secreto para estar siempre tan feliz . Ella me
aseguró que a su lado caminaba un ángel de esos llamados de la guarda, y
que
escuchaba sus consejos y sus cánticos, lo que le producía unas ganas
locas de
cantar y bailar.
Algo debió pasar entre nosotras, porque desde entonces tengo
las mismas sensaciones que mi amiga y mis pies quieren lanzarse a bailar, pero
no sé qué hacer con mis muletas.
Almudena, cada vez me gusta más leerte. La última frase da un giro tan inesperado como sabio y otorga un aire nuevo al microrrelato que, como siempre, es divertido y ameno. Vamos, que da gusto verte por aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarhay muletas cuando os quiero!!! hace años que no las uso, gracias a un balcón (taka taka) me muevo unos pasos por casa, 77 caídas llevo contabilizadas en mis 16 años de ELA esta bailadora la mas fea del baile. Boseos Josep
ResponderEliminarbesos josep
EliminarSiempre me hace sonreir los micros de Almudena, quien no deja de sorprenderme cada mes. Espero que sigas siempre así como las protagonistas de tu relato.
ResponderEliminarSiempre me hace sonreir los micros de Almudena, quien no deja de sorprenderme cada mes. Espero que sigas siempre así como las protagonistas de tu relato.
ResponderEliminarOpino lo mismo, siempre dejas una sonrisa en mí; tus relatos destilan optimismo y felicidad, siempre tienes ese ingrediente y me contagias. Espero ansiosa el próximo. Abrazos
ResponderEliminar