"La vida es un continuo esfuerzo donde no se te permite desfallecer, si no quieres terminar dándote pena”, solía decirme mi amigo Juan.
Sin embargo, el 31 de diciembre del año pasado, unas horas antes de las “Campanadas” , recuerdo que me llamó diciendo que no podía más, que se sentía como aquellos maratonianos que, después de esforzarse tantos kilómetros, divisan la meta pero sus pies no le responden. Le sentí realmente deprimido y bajo de moral. Entonces le dije que recordara solo todas las cosas buenas que había experimentado en ese año y, sobre todo, pensara en aquellas que todavía podría experimentar en el futuro si hiciese ese último esfuerzo para cortar la cinta de llegada.
No sé si fueron mis palabras o el cava, que al parecer estaba bebiendo en aquel momento, pero hace un rato, justo un año más tarde, me ha llamado desde Honolulú, me ha parecido entenderle, para desearme feliz 2017: lo mismo que os deseo a todos aquellos que seguís nuestro blog.
la vida este terrible y maravilloso transitar, como dices paso a paso podemos llenarnos de las cosas buenas. Feliz 2017 y gracias por este relato.
ResponderEliminarFeliz 2017, soy un elático longevo, bailo con mí ELA cerca de los 16 años, iré colgando relatos. Josep
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