En casa de mis padres se cenaba, ineludiblemente, a la misma hora, a la hora del Telediario. Entre charla y bocado, el murmullo de las noticias.
También ineludiblemente, ya a punto de terminar, había un momento en el que mi padre, tintineaba en su vaso con el cubierto y decía con autoridad: Ahora silencio, que van a dar el tiempo.
Je, je, lo mismo pasaba en la mía.
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