Os confieso que no soy muy amante de los buenos propósitos, creo más en una vida equilibrada en la que cada vez vayamos poniéndonos metas alcanzables que nos ayuden a mejorar.
Pero bien es verdad, que hay temporadas que hacen desviarnos un poquito (o a veces un muchito) de nuestros buenos hábitos y es el momento de hacer algo para no dejarnos arrastrar y dar la vuelta a esa espiral que puede llegar a ser un poco destructiva.
¿El por qué y la finalidad de ese propósito?
Porque todo lo que me he propuesto me ayuda a ser un poquito más la persona que quiero ser, me ayudan a mejorar mi vida, mi trabajo, mi salud y mis relaciones personales…y eso me da la fuerza la motivación que necesito. Ser esa persona me hace sentirme feliz y orgullosa de lo que soy y de lo que quiero ser…
En el año nuevo, no luches contra tus deseos, simplemente reoriéntalos
Nos proponemos un sin fin de cambios en nuestra vida en estas fechas con la sensación de “sacrificio”. Dejar de comer dulces, hacer más ejercicio, ver menos Netflix, etc…Lo abordamos desde un espíritu de sacrificio, de dejar de hacer lo que nos gusta para hacer lo que deberíamos. Si algo me ha enseñado la vida es que luchar contra nuestros deseos, es una batalla perdida. Por tanto, ¿por qué no mejor entonces cambiamos la dirección de nuestros deseos?
Lo primero que haría con esa lista de propósitos sería eliminar cualquier sentimiento de lucha
Reevaluaría el motivo de mis objetivos, me refiero, a ver cuál es la razón auténtica por la que quiero cambiar algo en mi vida. Y cuando sepa cuál es, agarrarme fuerte a lo que me hace sentir. Seguro que descubro sensaciones de felicidad, orgullo, alegría.
Me sentiría orgullosa de cada paso que estoy dando en la dirección que quiero dar y felicitarme por ello. No nos tenemos que agobiar si no podemos con todos los cambios de golpe. Somos seres de costumbres y requiere tiempo cambiar ciertos patrones.
Establecería planes y estrategias para que me ayudarán a conseguirlo.
Analizaría y observaría si puedo con todos ellos o primero haría unos y luego haría el resto para no agobiarme.
Y, por último, no dejaría de disfrutar de todas las cosas buenas y bonitas que pasan en la vida por muy fea que se torne a veces.
En Costa Rica tienen una expresión que utilizan para todo y es PURA VIDA.
¡Pura vida! al saludar, al despedirse, al dar las gracias, para saber cómo estás… ¡Pura vida! para celebrar los logros y sobrellevar los fracasos…
En fin, creo que es algo sencillamente maravilloso, que pase lo que pase, la vida, la pura vida, está ahí, para mostrarnos lo maravilloso que es estar vivo, para llevar la atención a lo importante, para disfrutar de las pequeñas cosas y los pequeños placeres y no dejarnos llevar por todas las preocupaciones mentales que nos generamos en el día a día y que no son la vida.
Pura vida! para celebrar los logros y sobrellevar los fracasos…
“Nosotros mismos podemos construirnos el muro más alto del mundo o el mejor impulso que necesitamos.”
Qué buenísima reflexión para comenzar el año. Pues eso, pura vida para todos en este 2024. Abrazos
ResponderEliminarUn abrazo, Alicia
EliminarMe sumo a tu propuesta y la hago mía, Ana Cris. Os deseo, te deseo y me deseo pura vida, no hay nada mejor, que incluya más, que nos proporcione más felicidad para este año que empieza. Un abrazo y bienvenida.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Rosa. Pura vida. Un abrazo grandote.
ResponderEliminarTambién me sumo a tu reflexión y deseo que este año nuevo sea: pura vida para todos, que bonitas palabras. Un abrazo
ResponderEliminarPura Vida, Valentina
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