Ya es marzo. El tiempo corre, vuela, como un pájaro atolondrado porque un viento nervioso se lleva las frescas semillas en la temprana luz de la mañana.
A veces da la sensación de que el tiempo depende de ti: si quieres que pase más deprisa, corre, vuela, salta, haz muchas cosas...; pero si quieres que pase despacio, que sea eterno, sólo tienes que tumbarte a pensar mientras miras cómo el sol sube, se cuelga y desciende luego su camino hacia el horizonte.
En esos momentos parece que sólo nosotros ponemos en funcionamiento el mundo, que somos los seres más importantes del universo. Y por eso, y para eso, escribimos historias: para darle un sentido a la rotación de la Tierra, para sentirnos los protagonistas de la primavera que los almendros y los ciruelos anuncian, que las lluvias despiertan.
Tres palabras, tres semillas: pájaro, semilla, nervioso/a. Tres excusas para girar alrededor de las palabras, para que brote una pequeña historia.
Gracias por estar ahí.
Que bonita introducción a la primavera Rosa...
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