Hoy me levanto nerviosa, la bronca de ayer me ha dejado un mal sabor de boca. Voy a tu habitación a ver cómo estás, me duele el estómago y tengo miedo. Veo que la manilla de la puerta está un poco suelta, seguramente del portazo de ayer, o el de la semana pasada, son tantos que he perdido la cuenta.
Delicadamente abro y allí estás, te miro y se me encoge el corazón, es una sensación tan extraña de amor, que me es casi imposible describirla. Me siento en tu cama y te toco la cara, la tienes hinchada, habrás estado toda la noche llorando, otra vez esa sensación, duele.
Me tumbo a tu lado y te abrazo, eres tan frágil como un pájaro, ojalá pudieses volar tan alto como ellos.
Hoy no me rechazas, tendrás un buen día.
Estamos así más de una hora, no decimos nada, no hace falta. Te pones frente a mi y nos miramos, reconozco en tus ojos a mi bebe, mi pequeña preciosa, a la que ya amaba cuando no eras más grande que una semilla. Me encantaría ver a la mujer en la que te convertirás, saber si lo lograrás y así yo poder respirar de nuevo sin esa sensación que tanto me duele y me consume.
Qué suerte que te hayas animado a escribir, Nuria. Bienvenida.Me gusta mucho la agilidad con la que escribes.Veo muy claramente la escena y, sobre todo,siento como propias las sensaciones y los pensamientos de esa madre.Creo que lidiar con la adolescencia es como caminar por una cordillera de emociones ardua y maravillosa a la vez.Y creo que así lo has retratado.
ResponderEliminarEstupendo relato Nuria. Estoy totalmente de acuerdo con Carmen. Pero añadiría que no es nada fácil describir y trasmitir las emociónes y q estas lleguen intactas al lector y tu lo has co seguido. Yo como lectora y humilde participante de este blog, te doy también la bienvenida y la enhorabuena.
ResponderEliminarYo también estoy de acuerdo con ellas: me encanta que estés aquí y me has hecho revivir la adolescencia de mi hijo, tan llena de altibajos emocionales como de paciencia. Mi madre siempre que me veía enfadada con él, me susurraba, riéndose:"acuérdate de la tuya, bonita". Así es la vida. Un placer, Carmen
ResponderEliminarPerdón, Nuria
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con los comentarios de todas, qué bien transmites las turbulencias de esa época. Enhorabuena Nuria
ResponderEliminarNuria, ¿Es que me has estado mirando por un agujerillo? Qué escenas tan familiares... ¡Bienvenida!
ResponderEliminarBienvenida a este paraíso literario... Aquí encontrarás sueños que volaron en nubes, la verdad entre metáforas de flores y playas de islas, un mundo paralelo en el que se habla con el corazón...
ResponderEliminarNo quiero desanimarte pero tengo dos adolescentes de 30 y 22 años...