Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

viernes, 30 de noviembre de 2018

07. La nave-isla. Valentina Velázquez

Era un día triste, uno de esos días en que no encuentras nada amable, bello, ya sabéis, un asco. Entonces vino a salvarme una chispa de vida que crecía a medida que lo recordaba: mi abuelo y su gran optimismo, su capacidad para transformar la existencia con su imaginación. Heredé su preciada cajita, que entre otras cosas tenía unas instrucciones con un mapa. En un santiamén llegué al lugar señalado, una boscosa montaña, y allí me senté en el punto exacto donde indicaba el mapa. El rito continuaba con unas palabras:
Lejana belleza, atrápame.
Despliega tu caparazón de isla dormida.
Que gire y gire hasta el infinito.
¡Ya!
Un pedazo de isla desprendida de la Tierra giró hacia las estrellas, y yo con ella; casi podía tocarlas, pues la bóveda era transparente. Llevaba un pedazo de bosque, río, playa… Todos los habitantes de lejanos planetas querían conocerme: Natonianos que aparecían y desaparecían caprichosamente; Colorinos, como manchas de todos los colores, los más importantes tenían todo el arcoíris, pero de su planeta, porque había colores que desconocía.
Me han sorprendido tantas cosas y personajes; siempre había una forma de comunicación que no podría explicar.
He vuelto a la Tierra, pero ya he quedado para estas Navidades con un Colorino del planeta Mancha Marcha.

jueves, 29 de noviembre de 2018

06. Mañanas felices. Marisa Laguna

Cada mañana al despertar la vida me sonreía, con solo abrir los ojos mi cuerpo se llenaba de  felicidad,  era tal la belleza que se veía por los grandes ventanales que no apetecía hacer nada, solo contemplar cada una de las esferas que pasaban dando vueltas alrededor nuestro.  Lo único malo era no poder acercarse a todas ellas para verlas más de cerca.

La primera en aparecer era una  esfera muy grande, gaseosa y rodeada de nubes que  al moverse se juntaban y se veían figuras según la imaginación del momento: aves volando, caballos, arboles, caras sonriendo.  Después llegó otra maravillosa rodeada por unos anillos que al girar brillaban más  y más. La siguiente fue una bola rojiza y así pasaban todas hasta que llegaba la más bella, llena de colores azules y verdes. Los azules eran agua y estaba rodeada casi por toda su superficie y los verdes eran zonas boscosas. Esta maravilla se llamaba Tierra y  permitía acercarte para contemplar toda su belleza, las zonas de agua, los mares, estaban llenos de peces que flotaban o se sumergían, se movían sin parar. Por encima del agua se veían volar maravillosas aves. Si conseguías seguirlas en su vuelo, te llevaban a zonas maravillosas llenas de vegetación: árboles gigantes todos juntos rodeados de vegetación y de miles de animales de diferentes especies.

Tuve la suerte de disfrutar de todo esto durante mucho tiempo, navegaba por el espacio y contemplaba las maravillas de nuestro sistema solar.

Un día me sobresaltó un ruido, alguien entró, mi madre  y de pronto vi que estaba en mi dormitorio, en la cama, recién despertada y al mirar por la ventana  y ver los árboles del jardín, me di cuenta de lo bonitos que pueden llegar a ser los sueños, sobre todo los que deseamos tener que siempre vienen a acompañarnos durante toda la noche.

martes, 27 de noviembre de 2018

05. Transmutación. Antonio López de Lerma




Puede ser que esta tierra se me queda pequeña, aunque no en tamaño, su grandeza no es suficiente, veo a diario su belleza y nada, parece  que me entero,  pero  hay algo que  aunque esté contento se me escapa  y yo quiero más.
No encuentro más salida que apuntarme al vuelo E-324ª destino a Prácolin (Planeta claramente amable convertidor de incrédulos)  en la estrella Balldelfín.
Amenizamos; nos reciben una especie de cetáceos que  viven en una esfera acuática sin fin, pues todo el planeta es un inmenso mar azulado. Otros tres humanos, una coliflor, un camaleón y yo, todos dichosos inconformes y únicos viajeros del E-324ª, entramos en la sala de transmutación y  al agua.
No tengo nada y todo; no hay fronteras, ni normas, ni consignas, solo el agua, no hay caminos para elegir, solo la intuición y esa sensación de compañía elegida, estoy solo y acompañado en todo momento por seres como yo.  Estamos vivos
Transmutación inversa,  ya veo la luz azul de la tierra y siento una enorme alegría,  veo su acogedora enormidad;  ahora sin caminos ni consignas, siento mi instinto humano  y una renovada capacidad, sentirme en compañía.
Y ahora, a navegar.

domingo, 25 de noviembre de 2018

04. Un deseo sin convencer. Almudena Verdejo


En mi agencia de viajes me encuentro en mi salsa. ¡Cuánto le gusta a la gente viajar!: cada vez hay más ofertas y lugares más lejanos que visitar. Empiezo a pensar que podría programarme un viaje por el espacio, aprovechando los miles de cupones que tengo del centro comercial donde hago la compra cada día.
Haría escala en Marte, donde si duda habrá tiendas de “souvenirs”. Proseguiría por la Via láctea…y…
Me despierta mi nieto, Ricardo, riendo, y se echa sobre mi regazo. Salimos al jardín y lo encuentro precioso con sus árboles, flores y pájaros. Me llama atención la pequeña fuente en el rincón de la rosaleda y observo como corre el agua.
Entonces me inclino por pensar que esto es más bonito que el soñado viaje espacial con tanta nube o tanta nada. ¡Definitivamente, me quedo con el tren a Aranjuez!


miércoles, 21 de noviembre de 2018

03. Cielo particular. Julián Rumbero

A veces Cristina se tumba en el suelo, su planeta particular, y ve en los techos de su casa estrellitas, planetas pecosos o que bailan el aro, continentes de colores, océanos sin pintar y hasta cascadas tan verosímiles que se pone su chubasquero. A ella le encanta el Mapamundi que dibujó papá y viaja sin casco de astronauta, a bordo de un globo pequeño. Saluda a las nubes dibujadas, a la Luna y al niño que la habita. Saluda a Hipólito, su compañero de viaje. Es un pajarillo con el pecho de mandarina. El nombre se lo ha puesto Simón, un señor que arregla paraguas y abuelo de Sergio y Anabellesus mejores amigos, aunque tiene más. Es la suerte de la infancia. Quieren subir hasta el dibujo de los árboles donde ven a un orangután y preguntarle si fue un hombre que seconvirtió en un mono grande. Les parece un chiste, pero papá, que es veterinario y sabe lo que no está escrito de todos los animales, les contó esa historia. Cristina piensa que, si todos los chiquillos no tienen techos como los suyos, mejor sería hacer como el orangután y convertirse en la mariposa Venus o en un caracol.

martes, 20 de noviembre de 2018

02. La libertad. Antonio Nieto

Si no recuerdo mal, la primera vez que un ser vivo terrestre viajó por el espacio, fue una perrita llamada Laika y yo era un crío, pero aquella proeza técnica del ser humano me invitó a soñar durante mucho tiempo en saltar al espacio. Muchos años más tarde, ahora que estoy jubilado y tengo algún rato libre, decidí construir un cohete en el jardín y realizar un viaje espacial. Lo fabriqué con todos los cachivaches que disponía por casa y siguiendo un manual de Julio Verne.
Lo pusimos en órbita gracias a una gran goma elástica que hizo las veces de un tirachinas gigante y así mi mujer Almu, Kino, nuestro perro, y yo nos vimos viajando en una máquina totalmente ecológica rumbo a la luna. 
Navegamos muy despacio hacia nuestro satélite con las dos velas retráctiles que recoge los vientos solares y los cuatro pedales laterales de emergencia, pero no tenemos prisa y gozamos del espectáculo del universo: cometas, estrellas, planetas, chatarra galáctica corriendo de aquí para allá.
Gracias a todos los membrillos, granadas, tomates…y otros frutos y verduras recolectadas en nuestro jardín este año lluvioso, podremos llegar a nuestro objetivo sin problemas.
Cada día espero, con ansiedad, que llegue la noche, meterme en la cama y reunirme con mi tripulación para tomar los mandos de la “Libertad”.
Si alguno de vosotros un día observáis la luna y veis una especie de lápiz clavado en uno de sus ojos querrá decir que hemos llegado.


01. El neandertal galáctico. Rosa Molina



El otro día, caminando por el monte, encontré un objeto. Era negro, del tamaño de un móvil,  sin botones,  luces,  pilas, ni nada que mostrara qué era ni para qué servía.  Me pasé un buen rato dándole vueltas, acariciándolo, rascando la superficie. Incluso lo tiré contra una piedra para romperlo, abrirlo, en fin, para que pasara algo. Pero nada. Me sentí tan absurdo como un neandertal con un mando a distancia. No obstante, lo guardé en la mochila.

Esa misma noche descubrí, perplejo y maravillado que, a la luz de la luna, se encienden dos luces. Si apunto a un planeta, y pulso la luz de la izquierda, el planeta reverbera, brilla; si, en ese momento, pulso la de la derecha, un tenue remolino de polvo me traslada a él y puedo pasear, en una burbuja de oxígeno, por sus cráteres, esquivar sus descomunales geiseres, atravesar nebulosas gaseosas. Hasta ahora no he encontrado humanos. Ayer descubrieron un planeta azul en el cinturón de Orión. Buscaré las coordenadas y apuntaré bien. Estoy nervioso. Tal vez allí encuentre una Eva con la que poder empezar de cero.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Noviembre: ¡Nos vamos de viaje estelar!

Este mes nos vamos de viaje, pero no a la playa, ni a la cima de cualquier montaña a mirar desde arriba nuestro pueblo. Nos vamos de viaje estelar, a ver la Tierra desde lejos, a descubrir planetas nuevos. ¿Te imaginas vivir en un planeta desde el que mirar la Tierra como ahora ves la Luna, girando a tu alrededor? Sería increíble ver nuestro planeta azul viajando por la galaxia alrededor del Sol. 
Pero hasta que la ciencia nos permita cumplir nuestros sueños, vamos a usar la imaginación, a ponernos el casco de la imprudencia, y a tripular nuestra nave espacial peligrosamente por el espacio, con faldas y a lo loco, que para eso somos libres.
A ver a quien se le ocurre la historia más divertida, descabellada y original, la que nos lleve a un mundo más excéntrico, raro y personal. A ver qué aventuras nos depara el mes. Aquí estamos, preparados para viajar contigo. Como siempre.