Empezamos noviembre, un mes alfombrado de hojas que, volando, se cuelan por todos lados y tapizan parques, vidas, suelos, salones y páginas de libros. Hay gente que dibuja en las hojas caídas; otros escriben poemas que luego atesoran en sus cuadernos; los hay que las estrujan cuando están secas y las meten en botes de cristal, junto con flores secas, para decorar el ambiente en el que leen, piensan o escriben.
¿Qué te sugieren las hojas de un libro o las páginas de un árbol? Déjate llevar. Los árboles se abandonan al otoño para que tú te inspires. Así que agarra tu hoja y escribe antes de que el viento se la lleve, vacía, sin nadie. Pero no olvides: más o menos 200 palabras, para que no te pase lo que cuenta MAX AUB en su microrrelato:
HABLABA Y HABLABA
Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
A mi me parece que nuestra directora Rosa Molina es muy buena en sus comentarios y relatos. También se que es muy difícil escoger a los ganadores porque cada mes se esmeran en escribir relatos llenos de sentimientos. Gracias a todos
ResponderEliminarMe has robado las palabras...
ResponderEliminarSuscribo lo que dices, Antonio. Rosa cada vez me sorprende con sus comentarios y relatos, que son muy inspiradores. ¡Un hurra por Rosa! y su infatigable entusiasmo.
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