Cuando era más joven
guardé libros de texto de literatura: Sánchez Ferlosio, Quevedo, Cervantes,
Larra, el Arcipreste de Hita, Sor Juan de la Cruz , Luca de Tena, Espronceda y otros miles más,
personas sensibles y fuertes, que no duras. A veces, hojeo sus páginas de forma
descuidada, como sin ganas, y ahí está mi secreto, estos textos me llevan a mi
infancia-adolescencia y de nuevo huelo el mar, la hierba recién cortada y las
primeras lluvias al apelmazar la tierra impaciente allá en mi Galicia de
crianza.
Y aquell@s escritor@s realizan, sin saberlo, mi milagro maravilloso.
Ni la Madalena de Proust... es una sensación que muchos seguramente compartimos contigo Jesús, muy bien por ponerlo en palabras.
ResponderEliminarAnnabel
Todas esas cosas que nos construyen y merecen un homenaje, claro que sí ¿verdad Jesús? Delicioso micro.
ResponderEliminarTu micro me ha traído olores y querencias de otra época. Me gusta mucho, como siempre, tu particular forma de hablar de los sentimientos. Un abrazo
ResponderEliminarEs delicioso poder abrir un libro y evocar recuerdos. Nos llevan a rincones dormidos de la memoria, que están ahí, pero que no llegan habitualmente a la superficie. Comparto tus sensaciones, Jesús, un abrazo.
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