Ya estamos en septiembre. Los intensos calores del verano irán desapareciendo poco a poco, igual que la cantidad de horas de luz, que cada día hay unas pocas menos. En fin, antes de que llegue el otoño, tenemos tiempo para inventarnos una aventura en el lejano oeste, en ese mundo de "aquí te pillo, aquí te mato", o "el primero que llegue, se lo queda". Debemos ser más rápidos que los contrincantes, no vayan a desenfundar antes y nos liquiden el cuento.
A ver quién es el primero o la primera en desenfundar el suyo y en dejarnos temblorosos al otro lado de la calle, mientras el viento levanta la arena y los caballos relinchan de miedo. Los apaches acechan, los pieles rojas amenazan.
Estamos impacientes.
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