Ese amanecer el viento mecía las hojas con violencia, avisando de que venía a por el alma de alguien. El sol pintaba de ocres el horizonte.
Yo escribía el guion de lo que iba a suceder.
Virgil acababa de ser nombrado Sheriff y su amigo Everett Ayudante, cuando en el tren de las cuatro llegó Alice; una buscavidas disfrazada de buenos modales que terminará tras el piano del saloon.
El Sheriff es un hombre maduro, rudo, de honor; nunca se ha acostado con mujer alguna sin pagar. Las sutilezas de Alice junto a sus ojos verdes han desbocado su deseo, tanto que le pide matrimonio; a lo que ella accede.
A pesar de ello, Alice no deja de mirar los labios de Everett, a lo que Él ya la dijo ‘nunca’ en mas de una ocasión.
El ranchero más rico de la comarca, Randall, asesino convicto al que encarceló Virgil, es liberado y nombrado alcalde del pueblo por su amigo el Gobernador. Pasan los días en fingida normalidad. Alice se acuesta con Él en busca de un futuro seguro, a escondidas del Sheriff.
Virgil y Everett tendrán que abandonar el pueblo o acabar con Él.
Entonces, maté a Randall al amanecer, con una bala en el corazón; mientras miraba a Alice.
Trepidante western de amores encendidos y pasionales, Rafa. Todo un placer sentir tanta vida en estos tiempos de paréntesis vírico. Siempre es un gusto leerte.
ResponderEliminarGracias Rosa. Te recomiendo ver la peli que en este caso es mejor que lo escrito por mi...
ResponderEliminarGracias Rosa. Te recomiendo ver la peli que en este caso es mejor que lo escrito por mi...
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