- No puedo salir de esta isla. El tiempo se acaba. –
Es lo único que pudo leer del mensaje en la botella. Él naufragó en una isla hace años. No recordaba cómo había encallado su barco en los arrecifes.
Recordaba el rostro de una mujer joven mirando al mar. Dentro de la botella había un perla perfecta; su corazón dio un vuelco al verla. El brillo del pendiente, le recordó a los ojos de esa mujer traspasando su ser mientras le ofrecía los labios como fruta prohibida.
- He leído tu mensaje. Soy Ulises. He perdido la memoria, solo sé que te quiero. He naufragado en una Isla. Pronto podré zarpar en tu busca. Dime cómo encontrarte.-
El rostro de ella se iluminó al ver el anillo que había en el fondo de la botella. Solo tenía que ponérselo y el brillo que desprendía sería la señal para que Ulises la encontrase.
Desde que se separaron, había tejido y destejido muchos recuerdos en su corazón. Sabía que aunque volviera prometiendo quedarse; una madrugada se despertaría en su lecho sola.
Penélope no dudó en colocar el anillo en un árbol. Cogió de la mano a Héctor y abandonó para siempre Ítaca.
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