Mi isla misteriosa no tiene mar, ni palmeras, ni cocoteros, ni ríos de límpida pulcritud, sólo silencio, enormes dosis de silencio con unas huellas en la arena dejadas por cada uno de nosotros, huellas en nuestro estado de ánimo tan alto y bajo a la vez.
Y en ella no están nuestros amigos sino que se hallan tod@s los seres humanos: soledad que envuelve cada minuto de nuestra existencia, deseando un no sé que nos acarreé paz y sosiego. Y tod@s en nuestra isla misteriosa.
Hola Jesús,
ResponderEliminarEn nuestro archipiélago hay silencio pero no soledad; porque No estás solo... estamos juntos en silencio... escribiendo nuestro destino.
Un abrazo
Gracias por incluirme en tu isla, Jesús; gracias por todos los que la llenamos, los que se han ido y los que quedamos. Gracias por tu sentida y gran humanidad.
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