El camino se abre con un nogal
En el que conforme pasa el tiempo
Las hojas se van cayendo
Mientras el viento viene y va
La gente fue atraída por la capital
Olvidando su ciudad natal
Aunque cada vez lo vemos menos
Aún seguimos recogiendo momentos
Que se tornarán en recuerdos
Pese a que a un día puede que el nogal deje de estar
Prometo recordarlo cada Navidad
En mi mente cada silla estará en su lugar
Y cada persona se encontrará con su sonrisa particular
Espero que cuando el terreno se vuelva un desierto
Y el tiempo haya vaciado los asientos
Poder volver en mis sueños
A ver estos maravillosos momentos
Momentos en los que mientras puedo espero
Con ansias el volver a tenerlos
Si algo puedo agradecer desde dentro
Es la suerte de tener una familia y poder verlos
Aunque los instantes se los lleve el tiempo
Y la suerte que tenemos nosotros de que estés aquí y nos deleites con tus letras, tu saber hacer, tu imaginación... Un abrazo, María.
ResponderEliminarLa suerte es mía por tener este espacio, y por la escritura, claro, ¿Qué sería de nosotros sin un buen relato?
EliminarSiiii, es una suerte que hay que aprovechar. Como dices el instante es el que llena la vida. Un saludo
ResponderEliminarLos instantes a veces hacen magia y duran toda una vida y, esos instantes que se mantienen son los que nos moldean como personas. Feliz año, María
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