Antes
que el tiempo indiferente
se
lleve estas palabras;
dáselas
a la tormenta.
Yo
iré desangrado en recuerdos
con
la piel entre líneas,
en
el ojo de la arteria,
donde
se junta la sangre con la lluvia.
Tú,
estrella caída en el mar,
que
habitas en el deshielo,
en
el abismo de unos labios,
donde
nacen todas las sonrisas.
Cómo
huir de este viento!
que
te arrastra entre olas
hasta
el faro de tus ojos.
Y
rompen los cuerpos
cada
amanecer
en
mil luciérnagas de colores.
Precioso Santa.
ResponderEliminarGracias Gema, y perdón por no contestar antes… Ahora ando liado estudiando texto de teatro. Bs
ResponderEliminarRafa, pues me alegro de que estas palabras no se las hayas dado a la tormenta y las hayas compartido. Me ha gustado tu poema, sobre todo el principio y el final. Enhorabuena
ResponderEliminarEl poema demuestra la sensibilidad del autor pero quisiera hacer mi crítica constructiva. El poema debe evitar siempre el lugar común, es decir, lo que ya han dicho muchísimos autores y decirlo de manera simple, sin gran valía. Debe ahondar en el lenguaje para aportar una perspectiva nueva en cada significado y en cada alusión. Debe transportarnos a una dimensión poética que logre perturbarnos y esa cima poética no consiste solamente en expresar palabras o ideas bonitas, un "bien decir" o retórica. La poesía interactúa y dialoga con el mundo, es un continuo descubrimiento de la realidad, del misterio de los hechos pequeños que pasan desapercibidos, y vuelve a encumbrar los hechos grandes. Igualmente la poesía debe siempre abordar los asuntos trascendentales de la vida humana, nunca puede dejarlos a un lado. La primera estrofa del poema Mare Nostrum para mi gusto es la más acertada, testimonial y comparable a cualquier otro poema de calidad. El resto de las estrofas y versos pecan de ser lugares comunes. Palabras como recuerdos, piel, ojo, arteria, sangre, lluvia, estrella, mar, labios, sonrisas, olas, faro, ojos, amanecer, luciérnagas, colores, usadas en tan poco espacio y formando parte de ideas poéticas simples, tan constreñidas, son conceptos muy trillados, faltos de originalidad.
ResponderEliminarSugiero un lenguaje más exigente (exigente no quiere decir difícil) y unas ideas más originales, con máyor tensión poética. Pongo como ejemplo un poema de Mark Strand, que trata sobre el mismo asunto, para que podamos captar las diferencias.
Ha pasado mucho tiempo y sin embargo parece
que fue ayer, en la mitad exacta del verano,
cuando sentimos la desaparición de la tristeza,
y vimos más allá de las paredes ásperas de piedra
la carne de las nubes, cargadas con el olor
del desierto sureño, alzarse en un pródigo
desbordarse de suavidad. Parece que fue ayer
cuando estuvimos junto a la puerta de hierro en el centro
del pueblo, mientras el aliento repleto de polen
del viento arrastró la sombra de las nubes
a nuestro alrededor, para que pudiéramos sentir la fuerza
de nuestra libertad, aún prisioneros de la oscuridad.
Y luego, cuando cayó la lluvia e inundó las calles
y escuchamos el goteo en la galería y el viento
haciendo crujir las hojas como papel, ¿cómo explicar
nuestra felicidad entonces, el modo particular en que
nuestras voces borraban todo signo de tristeza pasada,
su violencia, sus terribles presagios del fin?
Insisto, si nuestro compañero autor del poema Mare Nostrum ha sido capaz de escribir los tres primeros versos tan bien logrados en el poema, puede escribir el resto con la misma calidad y todos los que quiera.