¿Por qué todos los hoteles tienen que ser tan impersonales? Todo se repite: las mismas camas dobles, las mismas toallas de lija, las mismas sábanas frías, los mismos bordes negros en las bañeras. Hasta se repiten los canales en la televisión. ¡Click! ¿No te digo?, ¡otra noche sin mi serie favorita!
Mientras llega la hora de cenar, saco un expediente de los muchos que llevo en el cartapacio, y lo examino. Mis ojos, acostumbrados a las hojas de cálculo, encuentran solos las anomalías. Cierro los ojos y pienso que, tal vez, esos errores de cálculo sean los que diferencian mis días unos de otros porque, estoy seguro, de que también la cena de hoy será igual a la de ayer en Salamanca, o la de antes de ayer en Burgos: una pastosa sopa de fideos, los mismos filetes inmasticables.
No sé para qué pago una hipoteca. Para que mis muebles dispongan de una vida confortable, de una soledad perfecta.
Que triste la vida de un viajante. Tu Rosa la has descrito a la perfección. De hotel en hotel, siempre parecidos y alejados de la calidez de un verdadero hogar.
ResponderEliminarMe encanta tu último párrafo, podría, ser en sí mismo un microrrelato. Has conseguido que visualice al viajante solo en su habitación impersonal y anodina y a los muebles de su casa disfrutando del calor del hogar mientras ven en la tele su serie favorita.
Ni las toallas de lija llevan suavizante ni los bordes negros en la bañera llevan estrellas, tal vez la sopa pastosa pueda pedirse de estrellitas. Este viajante con hipoteca, aburrido de la monotonía traga entera su vida inmasticable que, como el filete, se hace bola.
ResponderEliminarMe ha encantado, Rosa. Has elegido al viajante pero es extrapolable a cualquiera de las, cada vez más,personas que trabajan pasando más horas fuera que dentro de sus hogares. Totalmente de acuerdo con Gema en que las últimas líneas son un micro en sí mismo.
Tenéis toda la razón: con el título y la última frase, estaba el microrrelato. El resto es paja. ¿Veis lo mucho que se aprende aquí, en este blog de ilustres escritores? Si es que sois geniales. Gracias, chicas.
ResponderEliminarBueno ... aún estando en su casa habría que ver cómo tiene las toallas... y solo va ha seguir; porque los muebles hablan poco...
ResponderEliminarBs