Me busco,
y no me encuentro.
¿Cómo podré empezar de nuevo,
si amarillean las caricias,
los besos y las risas,
y el amor no enciende mis mejillas?
Busco,
y hallo entre los hombres, uno.
Uno que habla de amor;
uno que ama;
uno que ama después de haber amado.
Ese que no agotó sus caricias,
sus besos, sus lágrimas y risas.
Sigo buscando,
un hombre que no muera de felicidad;
que alivie el alma atormentada de un niño;
que vele la mirada quebrada de un anciano;
que siembre un campo de espigas;
amase el pan con sus manos,
y descanse a la sombra de un árbol.
Y al descansar recobro el sosiego,
los rayos del sol calientan mi pecho.
Reverdecen las caricias,
los besos, las risas,
y hay color en mis mejillas.
No es fácil expresarse a través de la poesía, pero es mucho más certera, atinas mejor, expresas más intensamente lo que sientes ¿verdad? Cada vez lo haces mejor y nos emocionas más. Y, sobre todo, logras que tus palabras sean las mías. Un abrazo.
ResponderEliminarBuscar el amor es tan peligroso como andar por la arena de la playa buscando una perla sin crema protectora...
ResponderEliminarMuy buen poema Valentina.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuscar el amor puede ser peligroso como dice Santa, pero más peligroso es irse de este mundo sin haberlo experimentado...Gracias, guapa, por ese poema tan realista y bello.
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